Y ustedes que no creían que el tenis podía ser gracioso. Qué vergüenza. En el partido de Wimbledon entre el estadounidense Marty Fish y el francés Jo-Wilfried Tsonga, una de las jueces fue brutalmente atacada. El victimario fue precisamente el jugador Fish (porque todos los gringos son malas personas) y arma del crimen? Una pelota de tenis viajando a 118 millas por hora.
Aparentemente el Dios del tenis vio este acto y recompensó a Tsonga con la victoria.
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