domingo, 6 de noviembre de 2011

A reescribir los libros de física

El suceso

En marzo de este año, los científicos a cargo del proyecto OPERA realizaron una medición inesperada e inexplicable: La velocidad de los neutrinos que recorrieron los 730 km entre el CERN y detector ubicado debajo del Laboratorio Nacional Gran Sasso, en Italia, fue de 69 nanosegundos superior a la de la luz. Tras seis meses de incredulidad, azoro y demás sinónimos del estupor se decidieron a presentar sus datos a la comunidad científica, con lo cual se desencadenó una histeria mediática: "un cuestionamiento a la piedra angular de la Teoría de la Relatividad", subtitulaba Scientific American; "el mayor descubrimiento en física del último medio siglo", valoraba Wired, el cual "podría derrumbar la regla más fundamental de la física moderna", puntualizaba Nature -mientras que el Frankfurter Allgemeine Zeitung, en un arrebato escatológico poco frecuente en él, dictaminaba: "Einstein debe de estar temblando"

Las consecuencias

El significado de esa medición apenas puede expresarse en palabras sensatas. Por un lado, y en el mejor de los casos, de ser correctos los datos, deberían reescribirse los libros de física y reeditarse nuestra comprensión actual del universo: el paradigma einsteiniano entraría en una crisis similar a la que sufrió el paradigma newtoniano a causa de los descubrimientos de Einstein -un caso más de justicia epistemológica que nuevamente vendría a recordarnos que la ciencia no conoce verdades definitivas.

Pero no solo la física entraría en crisis. El pensamiento científico en general, sin duda la forma suprema de la razón, se enfrentaría a la mayor amenaza de toda su historia: la pérdida de su principio básico, el de causalidad.
Las alternativas

Ciertamente hay quienes reaccionan a esta crisis potencial de manera más ecuánime y ven en ella la posibilidad de alcanzar la tan largamente anhelada conciliación entre la Teoría de la relatividad y la mecánica cuántica para, así, finalmente, dar forma al verdadero paradigma de la física, el cual, en su opinión, sigue faltando hasta la fecha. Y hay también otros, más impertérritos todavía, que proponen simplemente ajustar la teoría a la nueva realidad: Si la máxima velocidad posible en el universo es la de los neutrinos, entonces ésa debe de ser la velocidad de la luz.
 
Robado textual , cínica y literalmente de http://www.letraslibres.com/blogs/polifonia/esos-ominosos-neutrinos



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